domingo, 13 de julio de 2008

INDICACIONES DEL BARQUERO

Debes remar sin prisa,
la otra orilla te esperará de todas formas.

Que no se cansen tus hombros,
que nunca el remo encuentre impulso del abismo.

Que tu cuerpo rompa los obstáculos que interpone el aire,
que tu mirada logre, con la persistencia del suicida,
penetrar la oscuridad del río que conduce hasta la muerte.

Qué oscura es el agua del abismo.
Qué clara te parecerá entonces la hora última.

STYX

Largo, lo que se dice hondo,
es el cauce de los ríos que no llegan al mar
y llevan en sus aguas a todos nuestros muertos.
Hondo, lo que se dice largo,
es el río que no abandona su cuenca.

Largo y hondo, lo que se dice ancho,
es el río que lleva a la amargura,
invisible por debajo de las calles
en el dolor de la madre que ha perdido a su hijo,
en el dolor del hijo que nunca conocerá a su madre.

Largo, hondo, lo que se dice invisible,
recorriendo el tiempo de la vida cotidiana,
la luz de los semáforos,
y en las llantas desgastadas de la ira,
río, invisible río,
que de tan hondo, que de tan largo
parece no llegar y llega.

Largo, lo que se dice hondo,
hondo, lo que se dice turbio,
amargo es el río que será necesario cruzar cuando anochezca.