miércoles, 21 de enero de 2009

MARCHA CONTRA LA PEDERASTIA

A Alejandra Hidalgo


Me gustan las marchas,
las inmensas aglomeraciones,
atestiguar la ira de las amas de casa,
al oficinista gritando consignas
mientras roba tiempo a la burocracia
y el hombre de la calle, el que verdaderamente vive en ella,
espera a que desalojen la plaza
para acostarse en el césped
donde cada noche le germina un sueño
junto el hediondo olor que siempre lo acompaña.

Me gustan las marchas,
ser en la multitud el rostro
que nadie recordará mañana.

DECÁLOGO DEL ASESINO

Para que el círculo nunca se cierre
No vuelvas a la escena del crimen

Olvida a tu padre y a tu madre
Jamás tengas hijos

Cuando encuentres el amor
Escóndelo del enemigo

sábado, 10 de enero de 2009

SOLÍS RESPONDE

No sabes lo que cuesta,
nadar entre los muertos,
sin latido ya dentro del pecho
con una voz diciéndote al oído,
que nades, que no te distraigas
con las mariposas que se han perdido en el mar
buscando una flor debajo del agua.

No sabes lo que cuesta,
ser uno más de los muertos
que flotan en el agua,
ser uno más de los inertes
con facciones descompuestas
ya sin ojos, con el cuello carcomido
por los peces, con una voz diciéndote
que nades, aún sin brazos,
que contorciones tu vientre,
y aletees con los muñones
que aún te quedan.

No sabes lo que cuesta llevar mi nombre.

EXILIO

Si me anclara nuevamente en la vida
del pueblo, en cada momento sentiría el peligro
de un naufragio.
Iban L. Llop (Traducción de Mario Bojórquez)

Nunca más
del lugar de donde vienes has de volver.
Nunca más podrás volver a ser el que fuiste,
ni hacer memoria, tan sólo de tu recuerdo.
Antoni Marí (Traducción de Mario Bojórquez)



Si algún día pudiera volver al lugar donde nací
no me gustaría encontrar las cosas de siempre.
Llegar como extranjero sin que nadie pueda reconocer
aquel que fui hace tiempo,
el que se fue sin ganas de volver a estar en lugar de ayer.

Si algún día pudiera volver al lugar donde nací
irreconocible, sentado a mirar
las gentes que no podrán saber que soy
el que se fue en el ayer lejano de la juventud.

Si algún día pudiera volver al lugar donde nací,
volver de verdad, ya para vivir y no pensar
en el lejano paisaje de la niñez, y no pensar.

Si algún día pudiera volver al lugar donde nací
y reconocer la tierra que me vio crecer,
reconocer la tierra que me verá morir.


Si algún día
Si algún día pudiera
Si algún día pudiera volver
Si algún día pudiera volver a estar
Si algún día pudiera volver a estar en el lugar de ayer…

FORTUNA

Y ahora vas a permanecer en silencio
y sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas,
por cuanto no has dado crédito a mis palabras,
las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
Lucas I: XX

Y guardarás silencio porque no has confiado en mi palabra,
nuestra risa temblará en el corazón de la quimera que extenderá sus alas.
Guardarás silencio ante el dolor de tu hermano,
no podrás emitir juicio ninguno,
callarás ante el dolor de los hijos que abandonaras a su suerte.
El silencio será la fortuna que nunca hubieras deseado,
otras cosas buscaste por caminos más ciertos,
otras señales te alertaron del camino más fácil,
pero guardaste silencio y no pudiste,
no podrás, nunca será posible para ti pedir auxilio.

Y guardarás silencio ante el dolor de tus padres,
nunca podrás recompensar a tus amigos,
de ellos la indiferencia para tu corazón cuando sufra,
el látigo que lacerará tu espalda.
Guardarás silencio, no podrás impedirlo
y veras a tu hijo descabezado en el río,
el hambre calentará tu vientre,
las raíces del sueño no te darán alivio
y tu palabra no podrá escucharla nadie.

Con tu hijo comenzará la historia del mundo,
pero tu fe ha caído sobre la mala suerte,
no serán tus palabras oración que llegue a los oídos del aire.
Y guardarás silencio, no podrá tu boca articular pensamiento,
tuya será la infamia,
tuyos los cuerpos sin vida de los que has amado.

Y arderán en tus ojos las garras del fuego,
una llama de ira encadenará todas tus muertes,
una jauría de hienas se comerá el recuerdo de las voces tibias de tus abuelos.

Y serán tus ojos unos robles inertes,
sobre el techo de la lluvia volará un paloma
quemando sus alas entre cenizas de rubios corceles.
Y arderás con todas las llagas del aire,
el miedo será tu fiel compañero,
pero cuando sueñes desearás volver a la vigilia,pero cuando despiertes desearás seguir soñando.