Palabras, ojos con los que tal vez no debimos mirar.
José Carlos Becerra
Los días, pequeñas losas sobre un hombro vencido,
la lluvia desgastándose en sus gotas sobre un mismo punto de cemento,
palabras, una detrás de otra, perturban la tranquilidad para el descanso.
Los días y las palabras maduran lejos del árbol,
en otra parte sus carnes gestan el sentido,
pequeñas losas sobre una mano cansada,
silencios al oído de quien no quiere escuchar.
Palabras en los ojos del ciego
que aun alza la cabeza para descifrar los astros.
En el recuerdo los designios y los días,
el mar que aún levanta sus furias con la noche.
Palabras necesarias y finitas,
pequeñas luces tiritando a lo lejos.
Porque están solas cuando nadie las mira,
las palabras guían los barcos cuando la tormenta
sacude la destreza de los náufragos.