En esta ciudad tan grande, vacía
con mudos y ciegos habitantes
deambulando sin rumbo aún bajo la tierra
escondido estoy de la luz y la palabra
En esta ciudad donde tus pasos brillan sobre las aceras
se escucha tu voz entrecortada en mi alcoba
donde tu recuerdo cobija mis noches más frías
Desde esta ciudad te escribo con la devoción del seminarista
que ha escuchado en el sueño los designios de un dios desconocido
Desde esta ciudad tan grande y antigua te digo en secreto:
Tuya mi palabra melancólica.
3 comentarios:
Alvaro, que bien que reactivas tu blog. Saludos.
Muchos saludos desde Puebla, Carlos.
También podrías poner únicamente la foto y eso también sería poesía. Un abrazo
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