Me imagino más viejo
caminando por ciertas calles
con el cabello cano, camino a casa
y la barba de tres días y la mano en el bolsillo
en el juego de llaves, fumando
el último cigarrillo de la noche.
Seré el mismo para entonces
y me pregunto
si alguien me estará esperando
camino a casa.
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